Uno de los cinco puntos en los que se basa el estándar Passivhaus, es la reducción al máximo posible de los puentes térmicos, éstos generalmente se producen en las uniones de la estructura con la envolvente del edificio. La forma más habitual de tratarlos suele ser procurando un ‘abrigo’ de material aislante que cubra estos puntos conflictivos, impidiendo así el flujo interior/exterior de energía.
Debido a las propiedades aislantes de la madera, este añadido de material aislante ya no es necesario, consiguiendo una erradicación de puentes térmicos eficaz y con el menor esfuerzo posible. Consiguiendo así una construcción eficiente energéticamente hablando.